Harrington vuelve a ganar el Abierto Británico de Golf

Padraig Harrington revalidó el título en el Abierto Británico logrado en 2007 en Carnoustie. Una vuelta de 69 impactos  (-1) le dio un amplio triunfo, con cuatro golpes de ventaja sobre el inglés Ian Poulter. Greg Norman se desinfló en la última jornada y se conformó con el tercer puesto, compartido con el sueco Henrik Stenson.

Sergio García sufrió un descalabro en el último recorrido, firmando una vuelta final de 78 golpes (+8) para concluir en un decepcionante puesto 51. Pablo Larrazábal tuvo también un día gris (79 golpes, puesto 70), pero ya había cumplido el objetivo pasando el corte.

Greg Norman se descolgó rápido

Las previsiones anunciaban tregua del viento para la jornada dominical, pero los resultados se siguieron inflando. La primera víctima fue el líder, Greg Norman, que firmó tres bogeys en los tres hoyos iniciales. Ventaja dilapidada. El Tiburón Blanco cedió el liderato para ya no volver a recuperarlo. KJ Choi, que partía de ’primera línea’, también se descolgó pronto (+7 en los nueve primeros). Al final, Norman logró salvar los muebles obteniendo un merecido tercer puesto.

En el hoyo seis, Harrington se aupó líder con dos golpes de ventaja. Pero se complicó con tres bogeys consecutivos. Entonces emergió la alternativa del inglés Ian Poulter, que partía de segunda línea. La afición local rugió con un birdie al 16 que le aupó momentáneamente al primer puesto. Poulter dejó escapar el birdie del 17 (par 5, el hoyo más sencillo de Birkdale) y entregó +7 en la Casa Club.

Poulter presionó a Harrington

La pelota estaba en el tejado de Harrington... y el defensor del título contestó con maestría. Birdie al 13 y al 15, y la puntilla con el eagle del 17. Pasó de +7 a un inalcanzable +3, cerrando la puerta a sus rivales. 283 golpes totales, cuatro de ventaja. El irlandés, duda para el Open hasta última hora por una lesión de muñeca, revalida el título que lograse en Carnoustie el curso pasado.

Además, lo hace con autoridad, demostrando que la victoria de 2007, lograda en el desempate, no fue casualidad. Harrington estuvo, como de costumbre, sólido en todos los segmentos del juego. Aunque merece especial mención su precisión alrededor de green, clave para evitar descalabros en unas condiciones tan exigentes.

El calvario de Sergio

Sergio García, que partía con lejanas opciones de triunfo, cuajó un nefasto cuarto recorrido. Si en las tres jornadas previas jugó un golf correcto, sin brillo, el domingo fue una jornada negra. Tras cerrar al par los primeros nueve hoyos (la victoria era aún factible), en la segunda mitad de vuelta se le ’salió la cadena’.

Bogey al 10, al 11, al 12 y doble bogey al 13 y al 14. La peor hora de juego del español en toda la temporada. Vuelta final de 78 golpes (44 por los segundos nueve), puesto 51. Decepcionante, sin apelativos, pues acudía en un gran momento de forma y, con la ausencia de Tiger, como favorito en las apuestas.

La estrategia de Sergio en Brikdale durante toda la semana fue de golpes bajos, hierros rasantes para evitar que el terrible viento engullese la bola.  Se podía sacrificar distancia desde el tee a cambio de jugar desde calle, librando el terrible rough. La teoría era buena, la práctica no. Una vez en calle, la precisión del castellonense con los hierros fue muy pobre. Sólo seis birdies en cuatro jornadas, la mitad de ellos en pares cinco.

El otro español en liza, Pablo Larrazábal, también se marchó con ’un saco’ en la última jornada. 79 impactos, incluídos nueve bogeys y un doble bogey. Pero para el joven debutante español su presencia el fin de semana fue ya un éxito. Puesto 70 en su primera incursión en el Open.