Oscar Pereiro Sio, el gran estratega
Las primeras pedaladas
Óscar Pereiro dio sus primeras pedaladas sin ruedines en Carracido, Porriño. Tenía cuatro años y ya sorprendía por su audacia para bajar rampas. “La gente decía: ‘Este niño está loco, se va a matar’”, cuenta Carmen, madre del corredor.
De pequeño, era muy menudo para su edad. Lo bautizaron con el apodo de Cascarilla por su constitución. En su etapa de cadete, apenas podía con la bicicleta, porque no se fabricaban de su medida.
Su época de juvenil
Fue en sus tiempos de juvenil, cuando vestía el maillot del C.C. Spol cuando Pereiro aprendió pronto a subir al podio de campeonatos gallegos y españoles. En categoría juvenil, se proclamó campeón autonómico de carretera, cliclocross y mountain bike en la misma temporada, una conquista tan extraña como muy difícil, es ahí donde Oscar empezó a sorprender a todos los aficionados del ciclismo. Pero en esos tiempos tampoco dejo de sorprender, por su dominio con la bicicleta en las exhibiciones de trialsín que protagonizaba en discotecas y pabellones, donde lograba algunos pellizquitos económicos.
Triple corona nacional y Vuelta Portugal al Futuro
En su paso por el campo amater siguió compagino las modalidades de ciclocross y carretera, Oscar acudía a las pruebas de ciclicross en un Opel Corsa verde aceituna acompañado de su hermano Jonathan, de María, que entonces era su novia y ahora es su esposa, y varios amigos que hacían funciones de auxiliares. Oscar era un habitual en el podium de las carreras y campeonatos de España de ciclocross, consiguiendo así tres maillot de campeón autonómico.
Antes había intentado convertirse en delineante y había trabajado de peón de albañil y de mensajero. Incluso durante muchos días le rondó por la cabeza la idea de dejar la bicicleta. Pero después abandonó la idea. Y acertó.
Su decisión fue dedicarse una temporada más a la modalidad de carretera, donde pronto llegaron las victorias, fue en 1999 con el Club Ciclista Ponteareas donde Oscar hizo una hazaña de las que nos tiene acostumbrado, ganó la Vuelta a Portugal do Futuro con un solo compañero de equipo, fueron los dos únicos corredores de su equipo que lograron finalizar la carrera.
El salto a Portugal
Después de la victoria en la Vuelta a Portugal do Futuro, como muchos otros corredores gallegos, Portugal fue su puente hacia el profesionalismo. Pereiro fichó por el Porta da Ravessa donde compartió formación con otro gallego, Gustavo Otero, y dejó muchos amigos. En su primer año de profesional ya sorprendió a todos haciendo decimoctavo en la general de la Vuelta a Portugal y muchos puestos de honor en las diversas carreras que participo, tanto en el calendario portugués como español.
Después de todos los meritos conseguidos, fue el Phonak suizo, que entonces dirigía Álvaro Pino, el equipo que le dio el impulso hacia la zona privilegiada, donde los ciclistas no pasan apuros económicos y participan en pruebas de máxima categoría.
En Suiza, la gran oportunidad
Pereiro despuntó en el pelotón internacional luciendo el maillot del Phonak, la formación del millonario helvético Andy Rihs. Su primera participación en una vuelta de tres semanas fue el Giro de Italia donde alcanzo el undécimo puesto en la clasificación general, confirmando así su regularidad y fortaleza en este tipo de pruebas. En su debut en el Tour, conquistó el décimo puesto. Ese estreno fue el comienzo de un idilio entre el corredor y la prueba por etapas más importante del Mundo.
Repitió en el top ten de la ronda francesa al año siguiente, pero no sólo dejó huella en la general. El de Mos se convirtió en el primer gallego en lograr un triunfo en una etapa del Tour. Después de haber rozado la victoria en Saint Lary Soplan, donde sólo fue superado por el americano George Hincapie, no se rindió y conquistó la etapa con final en Pau. Su hambre de triunfo y valentía fueron reconocidas con el premio al corredor más combativo de la carrera.
En esa temporada, Pereiro debutó en el Mundial de fondo en carretera, que se disputó en Madrid. Aunque ya había sido suplente en la selección española, no había tomado parte
en el Campeonato del Mundo. El gallego contribuyó a la plata de Alejandro Valverde.
De amarillo con el Caisse d’Epargne
Pereiro se incorpora al Caisse d’Epargne en el 2006. Y con el equipo de José Miguel Echavarri y Eusebio Unzué, acude al Tour con el objetivo de acabar entre los cinco primeros clasificados. Pereiro se hundió en el Portillon, donde perdió más de 26 minutos. Pero en Montelimar, firmó una etapa épica y logró una ventaja de casi media hora sobre el pelotón. Así fue cómo un gallego se enfundó por primera vez el maillot amarillo del Tour, “lo más grande que hay en ciclismo”, según reconoció aquel día el propio corredor. Después cedió el jersey de líder, pero volvió a recuperarlo en otra jornada épica y lo cedió finalmente en la penúltima jornada, una etapa contrarreloj, especialidad en la que Floyd Landis confirmó su condición de favorito. Finalmente, Pereiro subió al segundo peldaño del podio en los Campos Elíseos. El lunes 15 de octubre del pasado año, en el Consejo Superior de Deportes, Óscar recibió el Maillot de vencedor de la ronda gala, tras el positivo de Floid Landis.
Óscar es una gran persona que trabaja para sí y para los demás. Creo que en la presente edición del Tour, si nada lo impide, tendrá un papel destacado. Se lo merece por su bravura y honestidad. Grande Pereiro ¡¡¡¡
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